Diferentes estudios indican que
el 70% de los fumadores quieren dejar de fumar, y el 90% no desea por nada del
mundo que sus hijos sean fumadores.
Los cadáveres de los fumadores
tienen los pulmones negros, arrugados, con verdadero aspecto de podrido.
Intentar dejar el tabaco de forma
gradual es autoengañarse. La voluntad de dejarlo es el punto clave.
Es aconsejable desprenderse de
cualquier cigarrillo, mechero o cenicero que tengan en casa y eliminar hábitos
que inclinen o estén muy asociados al consumo de tabaco.
Cuando el deseo de fumar sea
irresistible, no debemos dejarnos vencer.
Tampoco se debe cometer el error
de sustituir el tabaco por dulces, sino beber agua de forma abundante, zumos y
consumir alimentos bajos en calorías.
El tabaco también es culpable, y
mucho, del envejecimiento prematuro, que se acusa aún más en las mujeres. En
los fumadores, las arrugas surgen antes que en los no fumadores, sobre todo en
la zona de las mejillas y el contorno de la boca.
Los beneficios de dejar de fumar
son muy claros. Aumenta la sensación de bienestar y de agilidad, así como el
rendimiento físico. Se recupera el sentido del gusto y del olfato, disminuye la
tos, y los riesgos de padecer enfermedades relacionadas con el tabaquismo.
España se ha convertido en uno de
los países de la Unión Europea donde existe un mayor consumo de tabaco.
El tabaco crea una adicción 100
veces mayor que la heroína.
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